Boom de los videos puede alienar al periodismo escrito
En algunos casos la inversión en estos formatos ha representado el despido de periodistas de texto.
De la Redacción de Hora de Cierre
Los estadounidenses en el 2017 mirarán videos online un promedio de 47,4 minutos diarios y la mayor parte del tiempo lo harán desde dispositivos móviles como teléfonos y tabletas.
Estas cifras son frescas, cortesía de Zenith Online Video Forecast, la misma firma de medición de audiencias digitales que el año pasado anunció que ya casi un 75 por ciento del consumo mundial de internet es a través de móviles.
Sin embargo, para el periodismo,estas noticias quizás no sean tan gratas. La razón es que la compactación de los contenidos y de las capacidades periodísticas han propiciado un ambiente en el que el aumento de consumo de videos equivale a más despidos en algunos medios de comunicación.
El caso más reciente ocurrió en junio en el departamento de noticias de MTV con el despido de docenas de periodistas. El nuevo jefe del canal ha decidido enfatizar más en el uso de videos para transmitir las informaciones.
Dice Lucía Moses en Digiday, una de las publicaciones líderes en la observación de la nueva escena mediática, que existe "un sentimiento de aprensión" porque la popularidad de la narrativa en video "se diferencia fundamentalmente del advenimiento de lo digital en que los trabajos que requieren escribir pueden desaparecer para siempre".
La lógica es que, hace 20 años, con el internet los periodistas se congratularon de haber ganado una oportunidad para "reinventarse" en los formatos digitales pero con el boom del video, la misma tecnología les niega esa opción.
Aún desde antes de la web los periodistas y columnistas de medios impresos no ocultaban su aire de superioridad sobre los periodistas de televisión a los que consideran menos profundos y más centrados en las apariencias visuales.
Muchos periodistas de texto admiten con franqueza que no tienen o no han podido desarrollar habilidades digitales, como la edición de videos, ya que hasta ahora se ha supuesto que el video es solo una herramienta para fortalecer su narrativa en párrafos de texto y no para suplantarla.
Pero, además, en los medios tradicionales existe cierta duda sobre la efectividad de los videos y su posibilidad de monetizarlos. Aunque atraen a lectores y pueden ser una fuente importante de ingresos, son pocos los medios que han logrado perfeccionar un modelo de negocio con ellos.
La producción de videos de calidad es muy costosa y requiere el trabajo de varias personas, por lo cual la editora jefe de The Outline, Leah Finnegan, afirma llanamente en Digiday que "las palabras se producen con más facilidad y son más baratas".
Pero los departamentos de ventas publicitarias en portales web de vanguardia, incluyendo a Mashable o BuzzFeed, están exigiendo una mayor producción de videos bajo la promesa de crear mayores ingresos y, a su vez, los accionistas de medios piensan que el nuevo formato les puede proporcionar mayores dividendos.
Hace solo una semana Mashable despidió a 30 empleados casi al mismo tiempo que recibía una inyección de $15 millones de Turner Broadcasting para centrarse más en la producción de videos y programas para TV digital.
Mientras tanto, las redes sociales con Facebook al frente, han mostrado que se pueden producir videos a bajo costo, incluso transmisiones streaming en directo. Un artículo de hace dos semanas en Digiday afirma que editores que fabrican contenido para Facebook, YouTube y Snapchat sostienen que el costo de producción de un minuto de video es de $500 dólares. La cifra puede parecer ínfima comparada a miles de dólares en producción por minuto en gigantes del internet como Yahoo.
Por otra parte, aunque Facebook ofrece un trampolín para audiencias masivas en formato video hasta ahora ningún medio genera muchos ingresos desde esa plataforma.
"Estamos haciendo dinero en Facebook pero no lo suficiente como para mantener los motores funcionando en casi cualquier organización", afirmó Cenk Uygur, fundador y CEO del sitio de noticias online The Young Turks.
La mayoría de editores no piensa en estos momentos que el periodismo de texto peligre ante los formatos visuales sino que el periodismo se encuentra en una etapa de experimentación con nuevos formatos digitales derivados del consumo de contenido a través de las redes sociales.
La gran demanda de video en las redes sociales se debe a que la renta que genera por cada millar de clics es más alta que la de otros contenidos. Sin embargo, no todos los videos son exitosos o virales.
El formato de Facebook de scroll vertical, sin sonido, a menudo propicia que esos contenidos pasen desapercibidos.
Varios medios han recurrido a las imágenes animadas o Gifs que son mucho más fáciles de producir y también generan atención en Facebook. El contrapeso que se debe tomar en cuenta es que los Gifs no contribuyen a fidelizar las audiencias o a permitir su medición, a menos que sean parte de una estrategia mayor.
Otra táctica sin costo con los videos en las redes es el compartir los que otros publican. Esto ayuda a todas las partes, desde el editor original del video hasta los que lo reproducen. El editor original no tiene la "vista" pero sí el "engagement".
Otra alternativa es la de producir "videos automatizados" que no son otra cosa que cascadas de fotos con audio. Dos fabricantes líderes de herramientas digitales, Wochit y Wibbitz, han creado programas que reducen a 30 minutos el montaje de imágenes y audio en vez de varias horas de producción en programas como FinalCut.
Este formato funciona bien con las audiencias y no requiere de equipos o estructuras de trabajo adicionales. Eso sí, se debe tomar la precaución de aclarar a la audiencia que la pieza no es un video sino que una composición gráfica. De lo contrario la estrategia podría provocar un efecto de rechazo.
Y, finalmente, muchos podcastings están transmitiendo sus shows a través de Facebook Live, sin costo alguno. Locutores que han logrado forjar una audiencia en audio pueden descubrir gratamente que el video en vivo puede servir para multiplicarla.Boom de los videos puede alienar al periodismo escrito
Los estadounidenses en el 2017 mirarán videos online un promedio de 47,4 minutos diarios y la mayor parte del tiempo lo harán desde dispositivos móviles como teléfonos y tabletas.
Estas cifras son frescas, cortesía de Zenith Online Video Forecast, la misma firma de medición de audiencias digitales que el año pasado anunció que ya casi un 75 por ciento del consumo mundial de internet es a través de móviles.
Sin embargo, para el periodismo,estas noticias quizás no sean tan gratas como puede suponerse. La razón es que la compactación de los contenidos y de las capacidades periodísticas han propiciado un ambiente en el que el aumento de consumo de videos equivale a más despidos en algunos medios de comunicación.
Dice Lucía Moses en Digiday, una de las publicaciones líderes en la observación de la nueva escena mediática, que existe "un sentimiento de aprensión" porque la popularidad de la narrativa en video "se diferencia fundalmente del advenimiento de lo digital en que los trabajos que requieren escribir pueden desaparecer para siempre".
La lógica es que, hace 20 años, con el internet los periodistas se congratularon de haber ganado una oportunidad para "reinventarse" en los formatos digitales pero con el boom del video, la misma tecnología les niega esa opción.
Aún desde antes de la web los periodistas y columnistas de medios impresos no ocultaban su aire de superioridad sobre los periodistas de televisión a los que consideran menos profundos y más centrados en las apariencias visuales.
Muchos periodistas de texto admiten con franqueza que no tienen o no han podido desarrollar habilidades digitales, como la edición de videos, ya que hasta ahora se ha supuesto que el video es solo una herramienta para fortalecer su narrativa en párrafos de texto y no para suplantarla.
Pero, además, en los medios tradicionales existe cierta duda sobre la efectividad de los videos y su posibilidad de monetizarlos. Aunque atraen a lectores y pueden ser una fuente importante de ingresos, son pocos los medios que han logrado perfeccionar un modelo de negocio con ellos.
La producción de videos de calidad es muy costosa y requiere el trabajo de varias personas, por lo cual la editora jefe de The Outline, Leah Finnegan, afirma llanamente en Digiday que "las palabras se producen con más facilidad y son más baratas".
Pero los departamentos de ventas publicitarias en portales web de vanguardia, incluyendo a Mashable o BuzzFeed, están exigiendo una mayor producción de videos bajo la promesa de crear mayores ingresos y, a su vez, los accionistas de medios piensan que el nuevo formato les puede proporcionar mayores dividendos.
Hace solo una semana Mashable despidió a 30 empleados casi al mismo tiempo que recibía una inyección de $15 millones de Turner Broadcasting para centrarse más en la producción de videos y programas para TV digital.
Mientras tanto, las redes sociales con Facebook al frente, han mostrado que se pueden producir videos a bajo costo, incluso transmisiones streaming en directo. Un artículo de hace dos semanas en Digiday afirma que editores que fabrican contenido para Facebook, YouTube y Snapchat sostienen que el costo de producción de un minuto de video es de $500 dólares. La cifra puede parecer ínfima comparada a miles de dólares en producción por minuto en gigantes del internet como Yahoo.
Por otra parte, aunque Facebook ofrece un trampolín para audiencias masivas en formato video hasta ahora ningún medio genera muchos ingresos desde esa plataforma.
"Estamos haciendo dinero en Facebook pero no lo suficiente como para mantener los motores funcionando en casi cualquier organización", afirmó Cenk Uygur, fundador y CEO del sitio de noticias online The Young Turks.
La mayoría de editores no piensa en estos momentos que el periodismo de texto peligre ante los formatos visuales sino que el periodismo se encuentra en una etapa de experimentación con nuevos formatos digitales derivados del consumo de contenido a través de las redes sociales.
La gran demanda de video en las redes sociales se debe a que la renta que genera por cada millar de clics es más alta que la de otros contenidos. Sin embargo, no todos los videos son exitosos o virales.
El formato de Fabecook de scroll vertical, sin sonido, a menudo propicia que esos contenidos pasen desapercibidos.
Varios medios han recurrido a las imágenes animadas o Gifs que son mucho más fáciles de producir y también generan atención en Facebook. El contrapeso que se debe tomar en cuenta es que los Gifs no contribuyen a "fidelizar" las audiencias o a permitir su medición, a menos que sean parte de una estrategia mayor.
Otra táctica sin costo con los videos en las redes es el compartir los que otros publican. Esto ayuda a todas las partes, desde el editor original del video hasta los que lo reproducen. El editor original no tiene la "vista" pero sí el "engagement".
Otra alternativa es la de producir "videos automatizados" que no son otra cosa que cascadas de fotos con audio. Dos fabricantes líderes de herramientas digitales, Wochit y Wibbitz, han creado programas que reducen a 30 minutos el montaje de imágenes y audio en vez de varias horas de producción en programas como FinalCut.
Este formato funciona bien con las audiencias y no requiere de equipos o estructuras de trabajo adicionales. Eso sí, se debe tomar la precaución de aclarar a la audiencia que la pieza no es un video sino que una composición gráfica. De lo contrario la estrategia podría provocar un efecto de rechazo.
Y, finalmente, muchos podcasts están transmitiendo sus shows a través de Facebook Live, sin costo alguno. Locutores que han logrado forjar una audiencia en audio pueden descubrir gratamente que el video en vivo puede servir para multiplicarla.